En primer lugar, tengo el convencimiento de que el Mundial de fútbol es lo que es, ni más ni menos que un campeonato de fútbol, con algunas particularidades que lo diferencian de los otros, pero que no le quitan la esencia. En el mundial se presentan 32 equipos de fútbol, que representan a las federaciones de fútbol de cada país.
Mi opinión es que esos seleccionados representan, en el mejor de los casos, al fútbol de un país, de un territorio. A veces las selecciones tienen mayor grado de representatividad entre los pueblos, a veces menos. El éxito o el fracaso en los resultados, la forma de ser y trabajar de los conductores, la posición de los periodistas hegemónicos y, por supuesto, el futbol que ese equipo despliega, son factores que van construyendo esa alta o baja “popularidad” de una selección. Por ejemplo, desde que yo tengo memoria creo que la selección más querida previo a un mundial fue la de 1994. Esta selección argentina, con extraordinarios jugadores y con el ídolo máximo de Argentina al frente, es especial. Maradona representa, para mi, la argentinidad. Diego es el gen argentino, con sus contradicciones, su nobleza, su picardía, su talento, lo bueno y lo malo. Menemista en los 90, progresista en los tardíos 2000, con un tatuaje del Che, su vida es moldeada (y moldea) eso tan complejo que es la argentinidad. Bueno, no nos vayamos, esto lo discutimos otro día. “Si yo fuera Maradona, viviría como el”, sin dudas.
Pero, ¿qué es Argentina? ¿qué es Chile? En política, ¿Argentina es Videla, es Menem, es Jauretche, Yrigoyen, es Cristina? ¿Argentina es Macri, Agustín Tosco, Evita, Martinez de Hoz? ¿Argentina es los empresarios y los laburantes? ¿los garcas y los decentes? No me quiero meter mucho en teoría política porque no tengo ningún libro a mano, pero la constitución de un Estado nación es ante todo un movimiento homogeneizante, en el que se esconden debajo de la alfombra las diferencias importantes para unificar a los dominados y a los dominantes atrás de un concepto, de una bandera.
Digo, entonces, el nacionalismo a secas, ese que reivindica la argentinidad (o cualquier “idad”), más allá de las identidades originarias, de los pueblos, de las cercanías... Ese nacionalismo me parece equivocado. Opto por sentirme cercano, hermano de todos los latinoamericanos laburantes y dignos, porque con ellos comparto una historia milenaria, de resistencia, de sufrimiento. Me siento más compatriota de un laburante chileno o peruano que de un empresario argentino, si.
Pero volvamos al mundial. ¿Qué tiene de antinacional hinchar por otro equipo? Digo, me cae mucho mejor el equipo de Maradona que el de Pekerman (el peor técnico que recuerde al frente de una selección argentina), y quiero que le vaya bien, muy bien, por lo que es más que por lo que representa.
Pero lo mismo me pasa con Bielsa, con su historia y sus ideas. Marcelo es, al decir de todos los que lo conocen, la mejor persona en el ambiente del fútbol, un tipo intachable, honesto y justo al extremo de fastidiar a todos (recordemos los miles de kilombos que le trajo su decisión de dar sólo conferencias de prensa para no discriminar a ningún medio, más allá de su relevancia o su poder de lobby). Es Bielsa un total revolucionario del fútbol, un tipo que confía en un sistema, que está convencido de que las herramientas para ganar un partido son el ataque constante, la verticalidad y en definitiva, el trabajo, la seriedad y la responsabilidad. Ojo, yo no me enamoro del esquema de Bielsa, a veces desde mi devoción me permito criticarlo, creo que muchas veces se equivocó por obstinado pero… vamos, ¿quién no se equivocó muchas veces por terco? ¿qué técnico? ¿quién de nosotros? A mi me gusta Mourinho, me gusta también Guardiola, Pellegrini, Van Gaal… ¿se entiende? No es un esquema lo que enamora, sino una forma de afrontar el futbol, el trabajo, la vida.
Creo que nadie puede discutir que Bielsa es honesto, trabajador y muy capaz, que entiende de fútbol, etc. Te puede gustar o no como juegan sus equipos, eso es respetable. Mi amigo el chileno me dice que no lo quiere a Bielsa porque hace que los extremos trabajen con los laterales rivales en ataque y en defensa, (eso que el llama “duelo individual”, y por lo que invita a sus delanteros a exigir al lateral de manera de que aquel no quiera pasar, pero si el otro pasa… hay que seguirlo!). Esa es una discusión futbolera, la respeto.
Para mi este mundial representa poner a prueba, una vez más y después del fracaso estrepitoso de hace 8 años, una idea, un concepto, una forma de ver el trabajo y la vida. Para mí es más que una nacionalidad (ojo, si Bielsa dirigiera Estados Unidos creo que no podría hinchar por ellos), es más que el cariño que le tengo a Maradona y a sus locuras. Bielsa convence al jugador, a mi me convence y me encandila que logre eso.
Hincho por Chile y por Bielsa, al ir siguiéndolo en las eliminatorias me encariñé con sus jugadores. Gary Medel me parece un CRAK (con mayúsculas), de quien el loco dijo “siente pasión por recuperar la pelota, como nadie”. El chupete Suazo, el capitán Bravo (extraordinario arquero, tengo un presentimiento con el para esta tarde), el ordenadísimo Carmona, el loquillo Vidal, Waldo Ponce, el limitado pero cumplidor Beauseajour, el crack Alexis, etc.
Por ellos, que se convencieron de que se puede atacar a cualquiera, por Bielsa que rompió con el molde de un siglo de ese futbol timorato y perdedor que fue siempre el chileno, por un proyecto, por una forma de vivir, de sentir el deporte y de trabajar… VAMOS CHILE!!!
viernes, 25 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
Martín Morel
Me enteré hoy que Martín Morel se fue de Tigre, a préstamo al Deportivo Cali de Colombia. Sin dudas un jugador especial, que tuvo un campeonato bárbaro en el Apertura 2008, metiendo 13 goles y conduciendo al Tigre que jugó el triangular final con Boca y San Lorenzo. Martín había hecho las inferiores en Newells, donde quedó libre y empezó a deambular por equipos semi amateurs, desde donde llegó a Sp. Las Parejas de Santa Fé, equipo que militaba en el Argentino B y la verdad no tengo datos de esa época. Caruso lo vio en alguna de esas pruebas locas que hacía (creanme amigos, si ahora prueba jugadores desconocidos imagínenese con Tigre en la B metropolitana). Vino a Tigre y debutó el 1 de agosto de 2006, a punto de cumplir 26 años (edad a la que ya es muy dificil dar el salto). Tigre militaba en la B nacional, y en esa segunda fecha contra la CAI formó con:
Abraham; Krikorián, Ferrero, Blengio; Galmarini, Castaño, Torres, Gimenez; Morel (Morero), Salmerón (Visconti), Mazzoni (Allende). El resultado fue 3 a 0 y los goles fueron de Nico Torres y de Visconti en 2 ocasiones. |
Morel jugó en Tigre 94 partidos entre agosto de 2006 y abril de 2010. Hizo 27 goles en total (entre ellos varios que quedan en nuestra historia), pero nunca se pudo transformar en idolo tigrense. Hay gente que lo puteó hasta su último partido, es de esos jugadores finos, laguneros, que se convierten en blanco preferido de los puteadores. Me enorgullezco de no haberlo puteado nunca, aunque reconozco que me hizo renegar en más de una ocasión.
Yo, humildemente, le rindo mi pequeño homenaje a un enganche aceptable, un buen pateador de tiros libres y un extraordinario ejecutante con pelota en movimiento. Con casi 30 años, me hubiera gustado que Martín vaya a un lugar donde pueda hacer una diferencia económica, pero le deseo lo mejor en Colombia, y desde acá lo seguiremos.
Por los goles a Boca, por el tiro libre en el reducido contra Chaca... este hincha de Tigre saluda a Morel!
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