Ayer vi unos afiches rojos, firmados por una agrupación “socialistas de la ciudad para la victoria” o algo así, que rezaba “mi Buenos Aires Amado”, en clara alusión al Ministro de Economía. Eso, y la rara proliferación de tres precandidatos a jefe de gobierno del espacio “K” en la ciudad, me disparó preguntas y ganas de escribir.
Ok, este post no será un derroche de información, primero porque no participo de esta interna y segundo porque estuve unas semanas desenchufadísimo.
Pero veamos: Boudou, que parece ser el candidato con más proyección de los tres, tiene su principal sostén en el aparato cegetista. Dirigentes como Plaini (canillitas) y Piumato (judiciales), ya se pronunciaron a favor de su candidatura, con argumentos que carecen de contenido ideológico o programático. Me imagino, en una mesa con gordos, la siguiente charla: “muchachos, este año vamos con Boudou”, y si algún abombado osara preguntar por qué: “porque sí, porque nos prometió esto y aquello”.
Bueno, a este muchacho surgido de las filas de la derechista UceDe lo acompañan los representantes de los trabajadores, especialmente este ala “progresista” ultra K, encarnada por los dirigentes que nombré. Pero también lo acompañan los “socialistas” K de la ciudad. También lo acompaña el otrora precandidato Coscia, en mi opinión un torpe de la política, un patotero que maneja la Secretaría de Cultura como si fuera una fotocopiadora y el fuera un P.O., pero eso lo dejamos para otro día.
Por otro lado tenemos a Tomada, un ministro de trabajo que se ha sabido mantenerse en el cargo ya casi 8 años, un abogado que proviene del derecho laboral y que ha estado ligado a la CGT en una época como los comienzos de los 90 (iba a poner que estaba ligado a la defensa de los trabajadores, pero si pongo que la CGT del 91 defendía a los trabajadores provoco carcajadas). A este Tomada, cuyo afiche de campaña lo muestra pegado pegadito a Cristina, hasta ahora lo salió a bancar D`Elía, y que yo sepa ninguna otra figura pública.
A Filmus, un docente progresista que hasta hace un año parecía número puesto, lo apoya el Movimiento Evita, espacio político que como ya sabemos juega para el gobierno, pero con cierta independencia organizativa. También lo sostiene el Sabbatelismo, que de todos modos no se si quiere entrar a jugar fuerte en Capital, teniendo tanto que hacer en provincia…
Seguramente, ante el guiño que desde la Rosada le hicieron a Amado, los otros dos se junten y den pelea, pero por ahora miden fuerzas por separado.
Me parece que atribuir el crecimiento del FPV en la ciudad exclusivamente a la muerte de Kirchner es un error. Obvio que ese suceso fue muy significativo en términos de potencial electoral, pero mi sensación es que desde el 29 de junio de 2009 (al otro día de las elecciones), en este distrito históricamente regorila empezó a crecer esa alternativa, que había tocado fondo curiosamente a partir del conflicto con las patronales camperas. Medidas como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y en menor medida la asignación universal por hijo, se complementaron con la lamentable actuación que cumplieron Pino Solanas y sus compañeros, que interpretaron que la gente los había votado a ellos contra el gobierno nacional, y entonces se dedicaron a “tratar de no quedar pegados”, incluso cuando el gobierno avanzaba en medidas progresistas. De todas las personas que conozco (que son bastantes), que en 2009 votaron a Pino, hoy NINGUNA lo volvería a votar, y supongo que la mayoría de esos votos va directo para el FPV. La verdad que los entiendo, y aprovecho este párrafo perdido para pronosticar que Proyecto Sur 2011 va a protagonizar el peor sapo del año, y bien merecido.
Volviendo, vemos entonces, en este espacio político que, recordemos, en 2009 NO SE PRESENTÓ a elecciones, dando el aval a un Heller, digamos un outsider del FPV, que juntando votos de donde pudo no llegó al 10%, que ahora hay tres candidatos de fuerte perfil K, que se sienten con chances de llegar a segunda vuelta, con apoyos heterogéneos y cuya única argumentación pasa por ver quién es más K, quién “banca” más a Cristina, quién es más “bancado” por Cristina, y quién le da al FPV mayores posibilidades de triunfo en la general (en esto trabaja Filmus, como diciendo en la interna nuestra puede que pierda, pero afuera soy potencia). No voy a caer en la queja que la prensa clasemediera le enseñó a Doña Rosa de: “señores políticos, queremos ver propuestas”. La verdad que a mi las propuestas concretas no me dicen tanto como las cosmovisiones ideológicas. De estos tres precandidatos, cuál es el más progresista? Por qué? Cuál es el más conservador? Por qué la CGT apoya a Boudou? Por qué el Evita apoya a Filmus? Por qué D´Elía apoya a Tomada?
A juzgar por los apoyos, el más “nacional y popular” de los tres podría ser Filmus, que al mismo tiempo sería el menos pejotista (casualidad?). El “pejotista progre” sería Tomada… Bueno, parece que Cristina va con Boudou y la CGT… quevaser… No me diran los amigos kirchneristas que es la primera ni la última vez que van a practicar la batraciofagia… no??
La respuesta se encuentra en el chiquitaje, en la negociación berreta de cargos y favores (lo paradójico es que en últimas esa repartija dota de cierta ideología al ganador). Esta “mina de oro” que de golpe aparece para las elecciones en la ciudad, dispara un proceso curioso que es el de configurar de a poco al “kirchnerismo” como una palabra sin sentido ideológico, del mismo modo que hace muchísimos años lo es el peronismo. Su discusión es quién es más K, sin importar demasiado de qué estén hablando en términos de políticas concretas.
Creo que mis amigos y amigas peronistas que quieren ver en el peronismo una doctrina o una ideología, lo que hacen es querer encontrar en alguna parte del peronismo su propia ideología, para sentirse referenciados. Estoy convencido de que el peronismo es, ante todo, una forma (la más lúcida, sin dudas) de entender la política y su relación con las bases, con el pueblo. Peronista es Menem, fue Cámpora, fue el Perón del 46 y también el del 74, peronista es Duhalde, De Narvaez, Rodriguez Saa, y también D´Elía y Pérsico; Manolo Quindimil y el barba Gutierrez, etc. Todos, con justo derecho (cualquier semejanza al significante vacío, no es casualidad), se dicen peronistas y todos encuentran su ideología en el peronismo. Los une, sin embargo y muy a su pesar, algo tan poderoso como la forma de entender y hacer la política.
Aclaración: voy a votar a Cristina, está decidido. Pero reivindico mi derecho de pensar con independencia y de criticar a un gobierno y a un espacio político que en muchísimos aspectos es nauseabundo. Y eso no es hacerle juego a la derecha, sino todo lo contrario.