a Natalia la conocí en 2005. Fuimos compañeros, por momentos amigos. Viajamos a Venezuela, nos sabíamos buenas personas el uno a la otra, nos teníamos cariño. Estuvo, allá por 2006 y 2007, muy muy triste. Después nuestros caminos políticos se separaron y la rutina no nos hizo coincidir más.
Natalia era una chica de la que todo el mundo resaltaba todo el tiempo su atractivo físico. Ella convivía con eso pero de algún modo creo que le hinchaba las pelotas. También era estudiante, militante, tenía inquietudes artísticas y seguramente otras cosas que yo no conozco.
La última vez que la vi fue en 2010, en la estación plaza de los virreyes de la línea E. Esperaba una combi que la llevara a la escuela donde daba clases, parecía contenta, satisfecha al menos.
Me acabo de enterar que se murió, no se cómo, en qué circunstancias, no entiendo por qué.
Y me puse muy triste.
Me resulta inevitable acordarme de Alba, y me volví a poner triste por ella y de nuevo por Naty. Pienso otras cosas también pero me las guardo. Respeto este silencio, el enorme dolor de su familia y sus amigos.
No voy a poder estar en el velorio, perdón. Me llevo 10 o 15 charlas, lo bueno y lo malo. Estoy triste.
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