FALACIAS
por Manuel VIlariño.
Desde el mismo domingo supongo que a todos nos está pasando que tenemos charlas y discusiones con amigos, conocidos y parientes.
Nos invitan a “tirar para el mismo lado”, nos convocan a ayudar para que a Macri “le salgan las cosas bien”, nos afirman que todavía no se sabe si el próximo presidente va a gobernar bien o se va a “mandar cagadas”. Y nos prometen que si pasa esto último, ellos, sus votantes, no se lo van a dejar pasar.
Este razonamiento, esta repetición de lugares comunes sistemáticamente propuesta por las derechas desde siempre, esconde varias falacias.
La primer falsedad es aquella que concibe a la política como “gestión en paz”, para la cual la confrontación o el conflicto serían valores negativos. Nos hablan de diálogo, de consenso, de respeto. Lo hacen de manera de no aclarar bien quiénes son los que deberían dialogar y consensuar en paz.
Lo cierto es que cuando no hay “conflicto” arriba es porque están cagando a los de abajo. El próximo gobierno va a gobernar con y para los fondos buitres, el grupo clarín, la sociedad rural argentina, las petroleras multinacionales y las grandes empresas de telecomunicaciones. Esto no lo digo yo, sino que ya anunciaron a cuadros importantes de todos (TODOS) esos ámbitos como miembros del gobierno. Es decir, estos sectores van a gobernar directamente, sin intermediarios. Seguramente con todo su dinero y poder nos digan por todos los medios que ahora en la sociedad no hay conflicto, no hay crispación, no hay grieta. Que ahora tiramos todos para el mismo lado.
Pero… ¿qué significa tirar todos para el mismo lado? Si vos tenés una empresa, tu objetivo razonable y (al menos en el sistema económico en el que vivimos hace 200 años, ético y legal) es ganar plata, toda la que puedas ganar. Si tu objetivo es ese, tus acciones van a estar orientadas a eso. Si todos los sectores que enumeré antes van a gobernar a partir del 10 de diciembre, su objetivo va a ser generar las condiciones desde el Estado para que sus empresas ganen la mayor cantidad de dinero posible. Esto, de nuevo, no lo digo yo. ¡¡¡Lo dijeron ellos, lo dijo Melconian, Espert, Aranguren, Sturzenegger, etc.!!!
¿Van a gobernar “bien”? Posiblemente si, van a cumplir sus objetivos. Van a tomar deuda en la banca internacional, van a provocar una devaluación, van a bajar las retenciones a la exportación de granos, y en general van a crear las condiciones de las que hablé en el párrafo anterior. No se trata de gobernar “bien” o “mal”, se trata de para quién se gobierna.
Van dos ejemplos, mínimos, de lo que digo. Si mañana bajaran las retenciones al trigo, entonces para los “productores” de trigo sería más rentable vender toda su producción en el exterior. Como son empresarios, seguramente y lógicamente harían eso. Automáticamente, se generaría un aumento importante del trigo en el mercado interno, lo cual significa, claro, que suba el pan. ¿Para qué lado me están invitando a tirar? Acá ya me perdí con eso del mismo lado, porque claramente hay dos lados.
Otro. Si se hace una devaluación importante del peso, eso significa que los exportadores van a recibir más pesos por sus ventas, es decir que sus “costos” reales van a bajar. Cuando ellos dicen costos, nosotros tenemos que hablar de salarios, aportes patronales, obras sociales, etc. Si eso baja, significa que todos los trabajadores vamos a tener menos plata real. Y si querías comprar dólares, te digo que posiblemente tengas la “libertad” para hacerlo, pero no creo que te sobre la plata. ¿Para qué lado tiramos?
Nos invitan a “tirar para el mismo lado”, nos convocan a ayudar para que a Macri “le salgan las cosas bien”, nos afirman que todavía no se sabe si el próximo presidente va a gobernar bien o se va a “mandar cagadas”. Y nos prometen que si pasa esto último, ellos, sus votantes, no se lo van a dejar pasar.
Este razonamiento, esta repetición de lugares comunes sistemáticamente propuesta por las derechas desde siempre, esconde varias falacias.
La primer falsedad es aquella que concibe a la política como “gestión en paz”, para la cual la confrontación o el conflicto serían valores negativos. Nos hablan de diálogo, de consenso, de respeto. Lo hacen de manera de no aclarar bien quiénes son los que deberían dialogar y consensuar en paz.
Lo cierto es que cuando no hay “conflicto” arriba es porque están cagando a los de abajo. El próximo gobierno va a gobernar con y para los fondos buitres, el grupo clarín, la sociedad rural argentina, las petroleras multinacionales y las grandes empresas de telecomunicaciones. Esto no lo digo yo, sino que ya anunciaron a cuadros importantes de todos (TODOS) esos ámbitos como miembros del gobierno. Es decir, estos sectores van a gobernar directamente, sin intermediarios. Seguramente con todo su dinero y poder nos digan por todos los medios que ahora en la sociedad no hay conflicto, no hay crispación, no hay grieta. Que ahora tiramos todos para el mismo lado.
Pero… ¿qué significa tirar todos para el mismo lado? Si vos tenés una empresa, tu objetivo razonable y (al menos en el sistema económico en el que vivimos hace 200 años, ético y legal) es ganar plata, toda la que puedas ganar. Si tu objetivo es ese, tus acciones van a estar orientadas a eso. Si todos los sectores que enumeré antes van a gobernar a partir del 10 de diciembre, su objetivo va a ser generar las condiciones desde el Estado para que sus empresas ganen la mayor cantidad de dinero posible. Esto, de nuevo, no lo digo yo. ¡¡¡Lo dijeron ellos, lo dijo Melconian, Espert, Aranguren, Sturzenegger, etc.!!!
¿Van a gobernar “bien”? Posiblemente si, van a cumplir sus objetivos. Van a tomar deuda en la banca internacional, van a provocar una devaluación, van a bajar las retenciones a la exportación de granos, y en general van a crear las condiciones de las que hablé en el párrafo anterior. No se trata de gobernar “bien” o “mal”, se trata de para quién se gobierna.
Van dos ejemplos, mínimos, de lo que digo. Si mañana bajaran las retenciones al trigo, entonces para los “productores” de trigo sería más rentable vender toda su producción en el exterior. Como son empresarios, seguramente y lógicamente harían eso. Automáticamente, se generaría un aumento importante del trigo en el mercado interno, lo cual significa, claro, que suba el pan. ¿Para qué lado me están invitando a tirar? Acá ya me perdí con eso del mismo lado, porque claramente hay dos lados.
Otro. Si se hace una devaluación importante del peso, eso significa que los exportadores van a recibir más pesos por sus ventas, es decir que sus “costos” reales van a bajar. Cuando ellos dicen costos, nosotros tenemos que hablar de salarios, aportes patronales, obras sociales, etc. Si eso baja, significa que todos los trabajadores vamos a tener menos plata real. Y si querías comprar dólares, te digo que posiblemente tengas la “libertad” para hacerlo, pero no creo que te sobre la plata. ¿Para qué lado tiramos?
En todas estas frases que nos repiten viene, incorporada, hecha carne y naturalizada, la teoría del derrame. Esa que impulsaron los militantes del capitalismo, que decía básicamente que si los ricos ganan mucha plata, la economía funciona y las riquezas “derraman” para los sectores de abajo. Eso podría ser parcialmente verdad en una economía productiva, que protege las industrias nacionales y que entonces genera trabajo genuino. En una economía agroexportadora y especulativa, les aseguro que el derrame no existe, porque es necesario un ajuste que genere las condiciones del “crecimiento” de ellos.
La próxima vez, cuando me digan que tiremos todos para el mismo lado, explíquenme para el lado de quién, y como dice Serrat, vean a la gente que nos va a gobernar y pregúntense, ustedes, “a quién sirven cuando alzan las banderas”.