viernes, 27 de agosto de 2010

hace un año escribía....

viendo la situación política actual en TDF y a nivel nacional, recordaba unas reflexiones que escribí el año pasado. Me puse a revisar y resultó que justo son de hace un año (y unos días).
Modestia aparte, creo que lo escrito tiene bastante actualidad, no?
Va el texto original:

Encrucijadas


Una vez que un gobierno se gana enemigos poderosos, desandar ese camino se torna sumamente trabajoso. En general, y a lo largo de la historia, se advierte que cuando ciertos sectores acostumbrados a ser beneficiados por políticas que ya parecían naturalizadas, o incluso cuando dirigentes corporativos o sindicales dejan de recibir favores o dádivas directas, comienzan a ejecutarse complejas operaciones (en las cuales los medios de comunicación suelen ser un actor principal)

Cuando se llega a este punto, la firmeza es vista como soberbia y la apertura o el dialoguismo se juzgan como muestras de debilidad. Lo interesante de estos casos, que se han repetido a lo largo de la historia y en las más diversas latitudes, es observar a los actores en retrospectiva, analizar dónde se pararon antes los que ahora alzan sus voces, a quién defiende cada uno, por qué se la jugaron.

A los gobiernos que se ven llevados a esta situación, cuyas causas obviamente son complejas y tienen que ver no solamente con haber tocado intereses poderosos sino con errores políticos, de construcción, de prensa, etc., en general se los intenta ubicar en un callejón “sin salida”, en el que todo lo que se haga está mal.

Estoy convencido, en cambio, de que la forma de recuperar la credibilidad es tomando la ofensiva en todos los campos, no tratando de conformar a los disconformes (ya nada los conformará), sino recurriendo a las bases, tratando de ampliarlas, sosteniéndose en medidas progresistas e inclusivas, y muy especialmente no corriendo atrás de la agenda instalada desde unos medios que no dejan de ser empresas, cuyo objetivo primordial es ganar dinero, y que jamás morderán la mano de aquellos que durante años los alimentaron.

Cualquier semejanza con las realidades provincial y nacional, no es pura coincidencia.

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