jueves, 14 de octubre de 2010

La toma de Sociales y del palacio, algunas opiniones de un ex casi troskista

En general tengo una especie de escala para valorar las medidas de fuerza y las acciones políticas. Yo no estoy en contra, per se, de ninguna acción, no estoy en contra de la toma de edificios, de las huelgas, de los cortes de rutas o calles, o hasta de cosas más heavys como se dieron en otro momento: secuestros con fines políticos, etc.
De hecho, estoy a favor de cualquiera de esas medidas cuando están respaldadas con el cuerpo por un sector importante y masivo de aquellos cuya representación se arrogan los que dirigen el movimiento. Siempre digo, para cortar una calle tenemos que ser la gente suficiente como para ocupar toda la acera. Las escenas que se ven a menudo de 15 tipos cortando una avenida con ayuda de la policía me parecen una deformación burda de las luchas históricas, ayudadas por la sana actitud de este gobierno de no reprimir, incluso cuando las protestas son aisladas.
Clarificando, estoy convencido de que lo importante al analizar una medida de fuerza no es el método utilizado sino la correlación entre ese método y, precisamente, la fuerza que sostiene a la medida (jueguito de palabras estilo Bergman…). Los motivos de esta opinión es sencillo, en general las medidas aisladas, las “ultradas”, no consiguen los objetivos verdaderos.

Entonces… hablemos del conflicto en sociales.

Soy de esa facu, allí adquirí gran parte de mi escasa formación política y allí “aprendí” a militar. Hace dos o tres años que terminé de cursar, así que no seguí el conflicto desde adentro, sino a través de ex compañeros, amigos, medios, y la inefable Internet.
Dos líneas, a riesgo de pelearme con amigos, sobre el inicio de la toma. Por un lado, hace muchísimos años tenemos la necesidad de un edificio único. En el comienzo de los 2000 la facu tuvo una explosión demográfica incontrolable, Marcelote volvió a quedar chico, Ramos no pudo contener a las carreras más masivas, la sede de Constitución… NO SE TERMINA NUNCA! La pelea por edificio único atravesó la toma del rectorado en 2002, también las de la facu en 2006 y 2008, y ahora la de 2010.
Ahora bien, la de este año tuvo el ingrediente de la lucha entre el Cecso y las autoridades por los subsidios para los espacios de publicaciones (el análisis de las formas en que se denominan esos subsidios de uno y otro lado, se la dejamos a Voloshinov). Justo el día que el Consejo Directivo discutía este tema, pim pum pan, se cae una ventana, los que “pasaban por ahí” deciden que se toma la facu, y a buscar las bolsas de dormir a Belgrano y Caballito, que hay que bancar la parada. Nada muy distinto a otras veces, siempre en cada conflicto político el fondo es económico (ya lo dijo más o menos así, Marx). Bueno sería, si, que nos sinceremos sobre los motivos reales, para que la política universitaria no reproduzca los peores vicios de las grandes ligas. Esto es así, la toma estuvo intimamente vinculada con los subsidios, no me vengan con chamuyo, somos pocos y nos conocemos bastante.

Y de ahí lo de siempre, las medidas se empiezan a desgastar, las autoridades que no dan el brazo a torcer (“que no se puede”, “que no hay plata”, “que no nos dan”, “que la culpa es de don pirulero”)… Y entonces… zas! A copar el Pizzurno!
Si la dirigencia estudiantil tuviera la legitimidad entre sus representados para movilizar, no te digo 10.000, pero por lo menos mil, no te pido que sean todos alumnos, pero aunque sea militantes, al ministerio de Educación y entrar por la fuerza, me saco el sombrero y doy mi apoyo irrestricto. Pero no… los pibes de siempre, los militantes (cincuenta, sesenta) y “lo mejor del activisimo” (asi nos enseñaron a llamar a los estudiantes no agrupados que participan de los conflictos), totalmente solitos y tratando de entrar a la fuerza, usando un no se qué de ariete, llevándose todo por delante y siendo repelidos y detenidos por la policía. Por cierto, muchachos… reprimir es otra cosa! Si te metés como loco en un edificio público por la fuerza, qué pretendés? No te van a invitar un café… De nuevo, no digo que esté mal de por si, pero es obvio que alguien te va a oponer resistencia porque para la legislación “burguesa” estás cometiendo un delito bastante grave.

Entonces…

Esa acción aislada, casi ridícula, de espaldas al estudiantado…. CONSIGUE EL OBJETIVO! El gobierno cede, otorga la partida que “no estaba”, y sufre una derrota política en todos los frentes. Amigo, si la plata estaba y el Beto Sileoni se aparecía hace dos meses a firmar los papeles metían un golazo. Ay beto beto….
La verdad me tengo que sacar el sombrero por los troskis negociando adentro del palacio y saliendo con semejante logro.
Escribió mi ex compañero Nico, regocijándose, que esta era una demostración para los que los criticaban por querer “la chancha y los veinte”… tiene razón!

Sigo pensando que el principal objetivo, de todos modos, es en todos los frentes de la política trabajar para convencer a la mayor cantidad de personas, incluso convencerlas de tomar medidas fuertes y hasta violentas. Sin violencia de ningún tipo, no vamos a ningún lado eh.
Creo también que este tipo de acciones son irresponsables y solamente dan resultados en el ámbito universitario. Todos sabemos que cuando los amigos troskistas quieren intervenir en un conflicto de trabajadores del sector privado en general no les va muy bien a quienes compran el discurso.
Mientras más pesado es el escenario, las acciones aisladas son más peligrosas y contraproducentes. Pero en la facu, terreno de pruebas y formación de cuadros, se puede hacer más o menos lo que se quiera… Y HASTA GANAR!
Que el objetivo final y real de los partidos (hablo por los troskistas que son los que conozco), en este tipo de movidas es siempre autoproclamatorio, que se trata de conseguir militantes para “construir el partido” (mamma mia!), que lo que hay que hacer es “captar lo mejor del activismo”… todo eso también habría que decirlo, no? Digo, esos son los fines, estos son los medios.

La otra vez, no me acuerdo hablando de qué piquete, Grondona decía con cara de preocupación: “el mensaje que nos deja esto es que para obtener las cosas hay que protestar, que el que no sale a la calle no gana nada, que por las vías legales no sirve hacer las cosas”.
Y si Mariano! El sistema está preparado para que sea así, por eso sigo pensando que el concepto de clase y el de lucha de clases son necesarios y fundamentales para entender la política.
Ahora, en la Universidad no me vengan a hablar de lucha de clases porque ahí si que nuestra confusión de chicos rebeldes de clase media nos termina comiendo vivos.

Así de interesante es la política, se puede hacer todo bien y perder, se puede hacer todo mal y ganar. El problema es pensar que haciendo todo mal se puede ganar siempre. Es como en el futbol, a la larga si no tenés a la gente de tu lado te quedás solito.

3 comentarios:

  1. Muy bueno manuel! un gusto saber tu opinión sobre este tema! un abrazo!

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  2. muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo! me quedó un poco largo pero asi son las catarsis...
    abrazo grande.

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  3. Mi presidenta no es ninguna boluda cuando habla del "Pais Virtual", en la UBA se dan multiplres paises virtuales.

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